¿Qué tanto tiene que escribir el alumno en sus redacciones? El alumno quiere poner imágenes a la redacción, ¿eso es permitido?

¡Todo lo que le nazca al alumno es permitido y alentado! La cantidad que escriba depende de su práctica. En teoría debe llegar a cubrir todo lo importante que aprendió, pero hay que tener paciencia mientras le toma el ritmo. Recomendamos que antes de comenzar una lecutra, le señales al alumno los nombres o fechas importantes y definiciones en caso de ser necesario, para que al leerlo ponga atención y redacte con todo y datos.

Un tip que damos es que cuando son pequeños y las narraciones son orales, en lugar de escribir mientras nos dicta, dejar que se grabe solo en audio y ya después nosotros podemos escribir lo que grabó. 

Puedes ver un video sobre narraciones aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=YQHRpOIUOxg

 

A lo largo del año escolar, su plan de estudios indicará cuando se debe narrar el aprendizaje. Esto puede ser de manera escrita ya sea en una libreta, carpeta, computadora etc o bien oralmente grabándolo  en audios o la mamá puede teclearlo si son pequeños. 

 

La narración es una herramienta central en el método educativo , y su importancia radica en su capacidad para consolidar el aprendizaje de manera profunda y significativa. Este método, que aboga por la educación basada en ideas vivas y experiencias reales, utiliza la narración —ya sea escrita u oral— como una forma activa de aprendizaje que involucra al estudiante en el proceso de enseñanza.

 

¿Qué es la narración?

 

En el contexto del método, narrar implica que el estudiante explique, relate o reproduzca lo que ha aprendido en sus propias palabras. Esto puede hacerse oralmente después de leer un texto o escucharlo, o a través de la escritura. La práctica exige que el estudiante asimile la información, la organice mentalmente y la exprese, involucrando no solo la memoria, sino también la comprensión y el razonamiento.

 

Fundamentación científica de la narración en el aprendizaje

 

La neurociencia y la psicología educativa respaldan la efectividad de la narración como método de aprendizaje. Diversos estudios destacan cómo la reconstrucción activa del conocimiento promueve la consolidación de la memoria y la comprensión profunda:

 

1. El aprendizaje activo y la conexión neuronal

El proceso de narrar requiere que los estudiantes organicen mentalmente la información y encuentren palabras para expresarla. Esto activa el hipocampo y fortalece las conexiones neuronales, ayudando a integrar el aprendizaje en la memoria a largo plazo. Según investigaciones en neurociencia, el aprendizaje activo (como el que implica la narración) fomenta el pensamiento crítico y fortalece las redes neuronales asociadas con la recuperación de la información.

 

2. La práctica de recuperación

La narración también se alinea con el principio científico de la práctica de recuperación, que sostiene que recordar activamente la información mejora su retención más que simplemente releerla. Este principio se fundamenta en estudios como los de Henry Roediger, quien demostró que el acto de reconstruir información aumenta la capacidad de recordarla posteriormente.

 

3. El aprendizaje multimodal

Cuando los estudiantes narran, procesan la información no solo de forma visual o auditiva, sino también verbal y kinestésica. Esto se relaciona con la teoría de la codificación dual, que sugiere que al utilizar múltiples formas de procesamiento, la información se integra más profundamente y es más accesible en el futuro.

 

4. Desarrollo de habilidades lingüísticas y pensamiento crítico

 

La narración, especialmente cuando es oral, mejora las habilidades de comunicación y el uso del lenguaje, habilidades esenciales para el aprendizaje y la expresión personal. También fomenta el razonamiento, ya que el estudiante debe identificar las ideas principales, inferir conexiones y evaluar la relevancia de los detalles.

 

Narración escrita u oral: flexibilidad en el aprendizaje

 

Charlotte Mason enfatizaba que la narración podía realizarse de manera escrita u oral, permitiendo adaptarse a las necesidades y etapas de desarrollo de los estudiantes. Los niños más pequeños pueden comenzar narrando oralmente, lo que fomenta confianza y habilidades de expresión verbal. A medida que avanzan, la narración escrita permite desarrollar habilidades más complejas, como la gramática, la organización de ideas y el estilo.

 

La narración como enseñanza

 

Un aspecto adicional del método es que la narración no solo beneficia al que escucha, sino también al que narra. Enseñar un concepto —lo que el estudiante hace al narrar— es una de las formas más efectivas de aprender. Este principio, conocido como el Efecto Protégé, sugiere que cuando un estudiante enseña a otros (o a sí mismo a través de la narración), retiene más información porque debe procesarla profundamente para explicarla.

 

Conclusión

 

La narración no es solo una herramienta pedagógica eficaz, sino una habilidad que transforma a los estudiantes en aprendices activos, críticos y autónomos. Al fomentar la comprensión profunda y la expresión clara, este método, enmarcado en las ideas del método educativo  y respaldado por la ciencia, se erige como una práctica educativa ideal para integrar y enseñar información de manera significativa y duradera.ñ

 

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